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Una magistral falta lanzada por el canterano del Barcelona da la victoria a los de Marcelino
La Europa League volvía a El Madrigal con el cruce bomba de dieciseisavos de final. El Villarreal recibía al Nápoles en una eliminatoria con tinte de Champions y la afición amarilla respondía llenando el estadio.
Con el once de gala que presentaba Marcelino en el ‘Submarino Amarillo’, con la única alternancia de Baptistao por Bakambu en la dupla de ataque, salían los locales a por el partido desde el minuto 1. Enfrente, Maurizio Sarri había sorprendido a todos con la suplencia de Higuaín pero con hasta tres españoles como Reina, que volvía a la que fue su ‘casa’, David López y Callejón.
El propio Reina fue el protagonista de la primera ocasión del encuentro. El internacional español salió en falso al cruce para evitar que Baptistao llegara pero su despeje erróneo, dejó tras el pase de Bruno a Soldado el gol casi a portería vacía. Sin embargo, el veterano guardameta se tiró como un lince para evitar así el que a bien seguro parecía la inauguración del marcador.
Respondió el cuadro napolitano a la contra con dos puñales por banda como son Mertens y Callejón, que acabó con un pase fallido del primero al de Motril. Gabbiadini, que sustituía al ‘Pipita’ en la punta de ataque, tuvo la siguiente con un zurdazo que no encontró los tres palos pero que ponía en peligro la meta de Aréola, como poco después hizo Hamsik con otro disparo desde fuera del área.
Y así el conjunto castellonense perdía el esférico, mientras los azulones crecían y crecían sobre el terreno de juego, lo que desesperaba tanto a Marcelino como a los hinchas locales que querían ver a su equipo creando unas oportunidades que no llegaban.
La presión arriba de los de Sarri dejaba sin ideas en la salida de balón tanto a Trigueros como a Bruno, que se encontraban maniatados por sus homólogos en el centro del campo rival.
Precisamente, el otro organizador tirado a la derecha, Jonathan dos Santos se rompía al intentar controlar un balón, lo que hacía a Samu Castillejo entrar para cambiar el esquema completamente dando más profundidad a esa banda.
Este contratiempo frenó un poco el ritmo agobiante que empezaba a imponer el Nápoles, pero el Villareal seguía sin encontrarse cómodo.
Y así, en un visto y no visto, llegaba el tiempo de descanso sin goles ni apenas ocasiones pero sí mucha intensidad, dónde se vio más a gusto al once del sur de Italia.
En la reanudación se repitió el guión del inicio del encuentro, con un Samu Castillejo muy activo que se entretenía demasiado en los metros finales y un Baptistao que se escoraba a la derecha para crear situaciones de peligro, como a la que no llegó Soldado por un número de bota.
Denis Suárez, en el otro flanco, seguía siendo el mejor de su equipo pero el gol no llegaba a pesar de que no paraba de intentarlo. Strinic tuvo que sacar bajo palos un centro del gallego, cuando Baptistao ya tenía la caña preparada.
Bakambu se preparaba en la banda pero el partido se volvía loco en apenas tres minutos cuándo pudo llegar el primero por parte local con un Trigueros que se relamía ante el pase de Jaume Costa, para posteriormente ver muy de cerca como Gabbiadini y Callejón estuvo a punto de adelantar a los azulones.
Entonces entraba el delantero congoleño, muy aplaudido por El Madrigal, por un Baptistao que no se había encontrado a gusto en todo lo jugado. Como si de una partida de ajedrez, Sarri decidió introducir a Higuaín para intentar no perdonar tanto e intentar encarrilar la eliminatoria para la vuelta en San Paolo.
Pero antes del cambio, el propio Bakambu pudo adelantar a los suyos mandando su disparo por encima del larguero de Reina en un contraataque posterior a una jugada en la que pudo haber penalti por mano de la defensa amarilla en un centro de Callejón.
‘El Pipita’ ya estaba en el verde, mientras que la afición castellonense le dedicaba una sonora pitada. En el juego, las oportunidades se sucedían de una portería a otra, mientras que el festival de cambios continuaba, con la entrada de Insigne por un también abucheado Callejón y la de Pina por Trigueros para reforzar el centro del campo amarillo.
Con todavía 15 minutos por delante, el partido seguía sin goles y con muchos jugadores de refresco que cambiaban la dinámica a favor del Villarreal. El Nápoles no se veía bien ahora e intentaba aguantar un marcador muy positivo para la vuelta.
Fue entonces cuando Denis Suárez se erigió como el protagonista, con un lanzamiento de falta que superó a la defensa rival, y tras chocar en el larguero se coló en la portería de un Reina que pudo hacer más al respecto.
El Madrigal era una fiesta, ya que este resultado era muy bueno para viajar a Italia. Todavía restaba la recta final y tocaba bajar el culo a defender cuando el silencio se hizo por una falta en la frontal del área contraria en una posición muy similar a la anterior.
Insigne, que cogía el balón nada más recibir la infracción, buscaba emular a Denis Suárez, pero el italiano superó la sin encontrar portería.
El ‘Submarino Amarillo’ era un frontón atrás, mientras que el cuadro napolitano buscaba entrar a la meta rival con el balón en los pies evitando así una contra que matara la eliminatoria.
En la prolongación, un Soldado demasiado revolucionado pudo irse a la calle tras picarse con Insigne, pero el colegiado holandés decidió dejar una amarilla como salomónica decisión antes de señalar el camino a vestuarios con todo por decidir en la vuelta en San Paolo.
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