goal.com
El gallego, con dos goles y tres asistencias, fue el verdadero artífice de una primera mitad de ensueño en el que se hizo cinco goles. Rodrigo firmó el sexto y definitivo ante u...
Mestalla volvía a escuchar un himno europeo, tras la estrepitosa eliminación de la Champions del Valencia en la fase de grupos ante unos rivales inferiores. La Europa League era ahora el objetivo y enfrente tenía a un rival inferior en calidad pero seguramente en una dinámica mejor que los chés.
Neville reservaba pocos efectivos para la Liga, y tan sólo la baja por sanción de Mustafi y la presencia en los extremos de Piatti y Santi Mina era lo más importante.
Fue precisamente el propio Mina el que cuándo todavía no se habían acoplado en sus asientos todos los aficionados hacía el primero del partido. El gallego se adelantaba a su marcador para meter la puntera después de un buen centro al primer palo de André Gomes.
El equipo valencianista quería más e instantes después, tras dos ocasiones no completadas por Negredo, Parejo hacía el segundo. Diagonal perfecta del mediocentro madrileño que vio muy bien también Mina para con un pase entre líneas dejarle sólo a Strebinger. Éste no falló y con mucha sangre fría dejó la eliminatoria encarrilada cuando apenas se cumplían los 10 minutos de juego.
Mestalla era esta vez uno más e impulsaba a su equipo en busca del tercero. Éste pudo llegar por medio de Negredo, que consiguió ganar al portero rival por alto, después de un balón llovido del cielo puesto por Cancelo.
El Rapid de Viena sufría mucho sacando el esférico y la presión alta ché ponía en más de un aprieto a los austríacos, que se defendían como gato panza arriba en su propio campo.
Ya cumplido el ecuador de la primera mitad llegó el tercero de la noche. Piatti puso un centro que, a priori, no tenía mucho peligro, pero con las facilidades que estaban concediendo en defensa su rival, acabó con un remate de Santi Mina prácticamente a puerta vacía que servía medio pase a octavos.
Un Mina en plan estelar dejaba en bandeja en la acción posterior el cuarto a Negredo. El gallego, que sumaba ya dos goles y dos asistencias, estaba volviendo loco a Stangl y en una jugada que tuvo sombrero incluido, finiquitó la ronda ‘El Tiburón’.
El marcador abultado no se iba a quedar ahí y con más de diez minutos por delante en esta primera mitad llegó la ‘manita’. De nuevo Santi Mina desarboló a toda la defensa austríaca y con un pase al que no llegó primero Piatti, sí lo hizo André Gomes para firmar el quinto.
La hinchada valencianista disfrutaba después de unos meses convulsos y eso se notaba en el campo, con unos jugadores que no daban un paso atrás e iban a por más goles para así paliar el 7-0 cosechado hace tan sólo un par de semanas a manos del Barça en semifinales de Copa.
Con un ritmo algo inferior se llegaba al tiempo de descanso, con un cambio en los visitantes casi en la prolongación. El capitan Hofmann, mediapunta habitual, dejaba su sitio a Grahovac (pivote defensivo) y ni siquiera cruzaba mirada con su entrenador, Zoran Barisic.
En la reanudación el conjunto austríaco realizó otra sustitución, introduciendo a Murg por un perdido como el resto de sus compañeros Kainz. Mientras varios jugadores chés calentaban en la banda esperando su oportunidad.
El Rapid de Viena, ya sin presión, empezaba a tocar en dependencias valencianistas y eso no gustaba a Gary Neville, que hacía aspavientos desde el área técnica por la bajada de intensidad de los suyos.
En éstas, Javi Fuego reaparecía después de varios meses con molestias en el pubis y el técnico inglés empezaba a pensar en el encuentro liguero retirando al capitán Parejo entre aplausos de la hinchada.
Mestalla también se contagiaba de la relajación de sus jugadores, con lo que los minutos pasaban y pasaban sin que apenas ocurrieran cosas reseñables estando más cerca el tanto del honor de los austríacos que el set y partido del equipo ché.
Sin embargo fue un hombre de refresco como Barragán el que tuviera el sexto con un disparo desde la frontal que se marchó lamiendo el palo de la portería de un Strebinger que apenas había tenido trabajo en estos segundos 45 minutos. Respondió Jelic con un remate a bocajarro que paró Ryan con una meritoria intervención que levantó de nuevo a la afición.
Tan sólo restaba el último tramo del partido y el ritmo aumentaba de 0 a 100 para beneficio de los espectadores.
En las postrimerías Rodrigo iba a hacer el sexto después de aprovechar un buen pase de Vezo, que terminó con un derechazo con más intriga de la esperada.
Y así el Valencia ya veía como un mero trámite en el estadio Ernst Happel, dónde su vecino el Villarreal perdió 2-1 en la fase de grupos a manos, visto lo visto, de otro Rapid de Viena bien distinto.
|