Partido controlado de principio a fin por los blancos que le permite acercarse a la zona alta de la tabla
El empate a 1 de la pasada jornada en el Benito Villamarín otorgó una sombra de interrogantes –otra más– sobre el Real Madrid. El regreso al Santiago Bernabéu pareció ser el bálsamo que volvía a necesitar el conjunto blanco. Hoy la víctima fue el Espanyol. El mismo equipo que plantó cara al hoy líder de la Liga en su campo, volvió a sucumbir contra los merengues como hiciera en Cornellá en la primera vuelta. Benzema, James, Cristiano en tres ocasiones y Óscar Duarte en propia puerta, fueron los autores de los goles madridistas. Víctor Sánchez se retiró del campo por lesión.
Los de Zinedine Zidane galoparon nada más escuchar el silbato del colegiado. Como si de una manada de lobos se tratara, se abalanzó sobre su presa víctima del hambre, de alcanzar la parte alta de la clasificación. Varios avisos –de Marcelo e Isco– que no entraron por poco en la red preveían lo que iba a suceder a continuación. Sería Benzema el primero en abrir el marcador en el minuto 7. Un centro exquisito de James, tal como nos tenía acostumbrados el colombiano, lo remató el francés con la testa en la frontal del área pequeña para clavar el esférico en la portería de Arlauskis. Ávidos de continuar cazando, sería Cristiano quien, 5 minutos más tarde, provocaría un penalti –muy claro– que se encargó de materializar él mismo.
El francotirador de Colombia parecía que resurgía de sus cenizas cual ave fénix. Movilidad, ofrecimiento y llegada a portería. Era la misión prioritaria de Zidane: recuperar al mejor James. Sería en el minuto 16 cuando el colombiano anotaría el tercer gol del partido. Modric le cedió el balón y recorrería la frontal para disparar con su pierna izquierda. El disparo, tras golpear en Duarte, se introduce en la portería del portero lituano. Difícil debut para el guardameta, que vería aún un gol más antes del descanso.
Dominio absoluto del Real Madrid con grandes opciones de lograr una goleada de escándalo. Los blancos bajarían la intensidad con la ventaja en el marcador, pero no sin continuar controlando el guión del encuentro. Sin embargo no sería hasta el filo del descanso cuando Cristiano Ronaldo recuperó su mejor versión para regatear con gran habilidad a varios defensores pericos en la frontal y fusilar la red con un disparo potentísimo con la izquierda. El colegiado señaló el camino a vestuarios, un sonido que reconfortaría al Espanyol. El final estaba más cerca.
Las malas noticias continuarían para Constantin Galca, si bien no en forma de goles, sí en continuar mandando efectivos a la enfermería. Víctor Sánchez pediría el cambio en el minuto 56 por molestias en su pierna izquierda y se une a la ya estirada lista de lesionados. Cristiano buscaba el hat-trick, y tendría su opción más clara de libre directo, pero su disparo se marchó rozando el larguero. El portugués quería llevarse el balón a su casa, y lo intentaría con insistencia. Abraham tendría la opción de marcar el tanto de la honra en el 72, pero Keylor Navas se lanzó a por la pelota e impidió que marcara. Sylla tuvo también su oportunidad varios minutos más tarde, pero Sergio Ramos taponó el remate y se marchó por encima del larguero rozando el travesaño.
Los pericos tendrían más tiempo la pelota –principalmente ante las sustituciones de Modric y de Kroos, ovacionados por todo el Santiago Bernabéu, pero no conseguían poner en excesivos aprietos la portería de Keylor Navas. El quinto gol llegaría tras un centro estratosférico de Jesé desde la izquierda al segundo palo, servido en bandeja para que Cristiano Ronaldo, de cabeza, ponga el hat-trick en su haber. La mala noche del equipo perico terminaría con el gol en propia puerta de Óscar Duarte. El tico, hoy en su debut, tuvo que meter el pie para intentar impedir que un centro de Jesé llegara a su receptor, pero tuvo la mala fortuna de introducir el esférico en su portería. Así se llegaría al final del partido. El equipo de Zinedine Zidane continúa brillando en el coliseo blanco, lugar donde golea y maravilla a todo el mundo a expensas de recibir a un rival de mayor calidad técnica.
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