Форвард из Мадрида идет шагами Алессандро дель Пьеро, забив 5 голов в ЛЧ
El delantero madrileño iguala el registro de cinco goles consecutivos en Champions
Ganó la Juve y ya es líder en solitario del grupo. Un partido en el que mostró el cuajo de los auténticos pesos pesados de la Champions League, ante un Sevilla que, a día de hoy, está lejos de ese escalafón de la élite.
Es cierto que los de Emery estaban muy lastrados por las lesiones. Se sumaron a las que ya acumulaba (Banega, Remi…) las de Fernando Llorente y Vitolo para este partido. Pero en el 11 había calidad suficiente (Reyes, Konoplyanka, Krychowiak, Gameiro) para dar más guerra de la que dieron en el Juventus Stadium. Un tiro a puerta es un bagaje increíblemente paupérrimo para un equipo que aspira a hacer algo en Europa.
Salió la Juve fortísima, inspirada por un enorme Cuadrado que llevó peligro en cada acción en la que participó. Un poco al estilo Messi en el Barcelona, el colombiano recibía en el flanco derecho y desde ahí inventaba: rompía a Tremoulinas para centrar, cambiaba el juego hacia Evra, cedía a la frontal para la llegada de la segunda línea. Fue el sistema ofensivo entero de la Juve en la primera parte.
Emery se percató de que el colombiano les estaba masacrando y ordenó continuas ayudas sobre él. Cada vez que recibía encaraba sobre dos y hasta tres rivales. Era tal su poder de intimidación que los defensores sevillistas no se percataban de que en su intento por frenarle dejaban a otros jugadores de la Juve totalmente desatendidos. Y así llegó el gol de Morata.
Recibió por enésima vez el colombiano en el lateral derecho del área de Rico y ante la salida de Tremoulinas y Kronh Deli, cedió atrás para la llegada absolutamente solo de Barzagli, que sin oposición lanzó un centro medido para el cabezado de Morata, que adelantaba a su equipo e igualaba los cinco goles seguidos en Champions de una leyenda como Alessandro Del Piero.
La segunda parte fue una lección de contemporización de la Juve, que no vio peligrar el marcador por un instante, a pesar de lo ajustado, y un ejercicio de absoluta impotencia de los de Emery. Solo Konoplyanka, único tiro de la noche sevillista, intentaba algo pero tan mal acompañado que su intento de echarse el equipo a las espaldas murió casi antes de empezar.
El partido dejó poco más que la dramática situación del banquillo sevillista, que tuvo que tirar del canterano Juan Muñoz en una situación tan adversa, y el segundo gol de la Juve, una contra que Zaza ejecutó con frialdad. La Juve ya es líder de grupo en solitario y el Sevilla continúa con su delicado inicio de temporada. Y el sábado recibe al Barça.
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