Ronaldo y Bale, dispuestos a sacar de centro tras uno de los goles del Sevilla / KIKO HURTADO
15 partidos, 11 de Liga y cuatro de Champions, han tenido que pasar para que el Real Madrid de Rafa Benítez mordiera el polvo por primera vez. Fue en Sevilla, en el Sánchez Pizjuán, donde los blancos no pudieron mantener su racha esta campaña. Y, con ello, de paso, dejar las grandes Ligas del Viejo Continente sin equipos invictos. Si el martes caía el PSG, precisamente en el Bernabéu, este domingo le tocó el turno al Madrid en el Pizjuán.
Lo que no habían logrado Atlético, Celta o Athletic, por hablar de los equipos más poderosos a los que se había enfrentado el Madrid en Liga, o PSG, en el doble enfrentamiento en Champions, lo logró el Sevilla. Y lo hizo tras remontar un partido que se le puso cuesta arriba con el gol de Ramos de chilena. Antes, Nacho pegó un zurdazo al palo mientras Sergio Rico hacía la estatua. Pero primero Inmobile, aprovechando un error de Casilla y de la zaga madridista, y luego Banega, tras una gran jugada colectiva de ataque, dieron la vuelta al marcador.
Fernando Llorente, por si fuera poco, remató al Madrid a falta de un cuarto de hora. Un centro medido de Mariano desde la banda derecha dejó al riojano solo en el área. Además, en su mejor versión, la aérea. Y ahí no falló. Y conectó un cabezazo ante el que un Casilla, desafortunado toda la noche, no pudo hacer nada. La estatua y poco más. El tercer gol en 75 minutos para un equipo que apenas había encajado cuatro en 14 partidos completos (13 de ellos, por ser justos, con Keylor Navas en la portería). El meta, cierto es, hizo una buena doble intervención para evitar el 4-1.
Ramos, optimista
En cualquier caso, el partido estaba sentenciado ya. El Madrid sufría su primera derrota de la temporada justo antes de recibir a un Barça que se deshizo con un 3-0 del Villarreal. El Clásico, así las cosas, llega con los de Benítez a tres puntos del eterno rival.
Ramos, como es habitual en él, salió a dar la cara y a reconocer que el equipo estaba tocado anímicamente: "La primera parte ha sido muy positiva, el equipo dominaba. A raíz de la segunda parte nos hemos visto superados y el Sevilla ha sido capaz de aprovechar sus virtudes. A nivel anímico al final el equipo estaba tocado. El entorno del partido pesa. Tenemos que aprender de esto".
Y opinó sobre el Clásico para mandar un mensaje optimista y responder a Piqué: "El Clásico siempre es un partido que se vive diferente, pero son 3 puntos. Esos puntos son muy importantes. El equipo tiene dos semanas para trabajar y hay que decir a los madridistas que confíen. En un Clásico nunca he llegado al orgasmo, pero casi".
Se veía venir
El Madrid sufrió en Sevilla una derrota que, atendiendo a los antecedentes, no se puede considerar inesperada. Si bien los blancos empezaron la jornada como líderes, los resultados y los manidos números han ido tapando las carencias que ante los hispalenses sí se plasmaron en el marcador.
Las causas del desplome blanco estaban latentes: desde la plaga de bajas a los muchos remates recibidos. Si el mejor de la temporada del Madrid es el portero, Keylor, si el equipo madridista es el que menos goles encajaba -ahora lo es el Atlético- pero el noveno en disparos recibidos -el Barça es tercero-, si el Celta con 10 y el PSG en el Bernabéu merecieron cuanto menos empatar, si la plaga de lesiones sigue asolando a la plantilla -ha caído muscularmente hasta el portero-, si Cristiano juega fuera de cobertura... es que algo falla.
El Madrid se presenta en el Clásico a tres puntos del Barça tras haberse dejado ya nueve por el camino -tres empates y la derrota en el Pizjuán-. En victorias, los blancos tienen las mismas que, por ejemplo, el Atlético, siete. Y sólo una más que Celta o Villarreal. Cualquier resultado que no sea una victoria contra el Barça el 21-N dejará muy mal sabor de boca en un Bernabéu que ya dio un aviso contra el PSG.
Se veía venir
El Madrid sufrió en Sevilla una derrota que, atendiendo a los antecedentes, no se puede considerar inesperada. Si bien los blancos empezaron la jornada como líderes, los resultados y los manidos números han ido tapando las carencias que ante los hispalenses sí se plasmaron en el marcador.
Las causas del desplome blanco estaban latentes: desde la plaga de bajas a los muchos remates recibidos. Si el mejor de la temporada del Madrid es el portero, Keylor, si el equipo madridista es el que menos goles encajaba -ahora lo es el Atlético- pero el noveno en disparos recibidos -el Barça es tercero-, si el Celta con 10 y el PSG en el Bernabéu merecieron cuanto menos empatar, si la plaga de lesiones sigue asolando a la plantilla -ha caído muscularmente hasta el portero-, si Cristiano juega fuera de cobertura... es que algo falla.
El Madrid se presenta en el Clásico a tres puntos del Barça tras haberse dejado ya nueve por el camino -tres empates y la derrota en el Pizjuán-. En victorias, los blancos tienen las mismas que, por ejemplo, el Atlético, siete. Y sólo una más que Celta o Villarreal. Cualquier resultado que no sea una victoria contra el Barça el 21-N dejará muy mal sabor de boca en un Bernabéu que ya dio un aviso contra el PSG.
Fernando Llorente, por si fuera poco, remató al Madrid a falta de un cuarto de hora. Un centro medido de Mariano desde la banda derecha dejó al riojano solo en el área. Además, en su mejor versión, la aérea. Y ahí no falló. Y conectó un cabezazo ante el que un Casilla, desafortunado toda la noche, no pudo hacer nada. La estatua y poco más. El tercer gol en 75 minutos para un equipo que apenas había encajado cuatro en 14 partidos completos (13 de ellos, por ser justos, con Keylor Navas en la portería). El meta, cierto es, hizo una buena doble intervención para evitar el 4-1.
Ramos, optimista
En cualquier caso, el partido estaba sentenciado ya. El Madrid sufría su primera derrota de la temporada justo antes de recibir a un Barça que se deshizo con un 3-0 del Villarreal. El Clásico, así las cosas, llega con los de Benítez a tres puntos del eterno rival.
Ramos, como es habitual en él, salió a dar la cara y a reconocer que el equipo estaba tocado anímicamente: "La primera parte ha sido muy positiva, el equipo dominaba. A raíz de la segunda parte nos hemos visto superados y el Sevilla ha sido capaz de aprovechar sus virtudes. A nivel anímico al final el equipo estaba tocado. El entorno del partido pesa. Tenemos que aprender de esto".
Y opinó sobre el Clásico para mandar un mensaje optimista y responder a Piqué: "El Clásico siempre es un partido que se vive diferente, pero son 3 puntos. Esos puntos son muy importantes. El equipo tiene dos semanas para trabajar y hay que decir a los madridistas que confíen. En un Clásico nunca he llegado al orgasmo, pero casi".
Se veía venir
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El Real Madrid dice adiós a la imbatibilidad, tras caer ante un Sevilla que remontó un 0-1
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El Barça, con tres puntos más, visitará el Bernabéu el 21-N
15 partidos, 11 de Liga y cuatro de Champions, han tenido que pasar para que el Real Madrid de Rafa Benítez mordiera el polvo por primera vez. Fue en Sevilla, en el Sánchez Pizjuán, donde los blancos no pudieron mantener su racha esta campaña. Y, con ello, de paso, dejar las grandes Ligas del Viejo Continente sin equipos invictos. Si el martes caía el PSG, precisamente en el Bernabéu, este domingo le tocó el turno al Madrid en el Pizjuán.
Lo que no habían logrado Atlético, Celta o Athletic, por hablar de los equipos más poderosos a los que se había enfrentado el Madrid en Liga, o PSG, en el doble enfrentamiento en Champions, lo logró el Sevilla. Y lo hizo tras remontar un partido que se le puso cuesta arriba con el gol de Ramos de chilena. Antes, Nacho pegó un zurdazo al palo mientras Sergio Rico hacía la estatua. Pero primero Inmobile, aprovechando un error de Casilla y de la zaga madridista, y luego Banega, tras una gran jugada colectiva de ataque, dieron la vuelta al marcador.
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